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Foto del escritorJuanpablo Barrantes

Viviendo plenamente la vida, a pesar de cualquier destino

Actualizado: 14 jun 2022


Por: Juan Pablo Barrantes

Hoy quiero compartir algunas reflexiones valiosas sobre cómo enfrentar la vida con sabiduría, de tal forma que nos permita evaluar nuestra condición actual (cualquiera que sea) con aquello que anhelamos alcanzar para encontrar un propósito y la plenitud. Inicio con una historia sumamente impactante y real. En una mañana a finales del mes de Agosto de 1990, un arquitecto Mejicano fue brutalmente secuestrado mientras salía de la misa hacia su trabajo. Llevado a la fuerza, a unos 150 kilómetros de su hogar, encerrado en un pequeño y sucio cuarto de 3 metros cuadrados, rodeado solo de una enclenque cama, una repisa, un retrete, una débil luz amarilla y una video cámara para ser controlado en todo momento por sus captores, Bosco Gutierrez sufrió desde ese instante y por los siguientes 257 días, un secuestro que marcó su vida para siempre. Durante la primer etapa de confinamiento, conforme los días iban pasando, Bosco estaba aún aturdido por su radical cambio de vida, empezó a perder la fe en su futuro inmediato y sufrió una severa decaída física y emocional. Dentro de ese incómodo y húmedo cuarto, aislado por completo del mundo exterior, empezó a perder inclusive la noción del tiempo y del espacio. En ese momento sólo pudo pedir que, además de saber de su familia, le trajeran una Biblia para permanecer en conexión (aunque pareciera tarde) con sus amados y con Dios. Desnutrido y casi al borde de la demencia, seguía esperando por un rescate o una liberación que cada vez parecían más lejanos, en ese momento (casi a un mes en cautiverio) sus captores le ofrecieron un trago, viendo su paupérrima condición y también porque justo ese día se celebrada el día de la independencia de México. Bosco alcanzó a pedirles un trago de whisky “straight” en las rocas, eso sí en un vaso de vidrio para darse ese gusto de tomarse un trago “como se debe”. Una vez con el vaso de whisky en sus manos, lo empezó a observar con detenimiento antes de sorber el primer trago, cuando de repente una voz en su conciencia le susurró muy claramente “Bosco, porqué no me ofreces ese trago a Mí”, inmediatamente se sintió aturdido porque entró en razón que esa voz de su conciencia no era suya sino de Dios. Sin pensarlo mas, se levantó de su camastro y se dirigió al retrete, volteó el vaso y volcó su contenido por completo en la letrina. El sentimiento que le vino en su interior fue increíble, ese momento del “whisky flush” le hizo entender el enorme poder de su libertad interior, una libertad que nadie más que él poseía a pesar de su encierro. Entendió lo profundo que es el tener pleno auto-control y el gozo de ser auto-consiente de sus decisiones de ahora en adelante, con lo cual lograría la fortaleza interior suficiente para sobrellevar su encierro en paz y con paciencia, justo desde ese momento y hasta el final de su secuestro. Durante las siguientes semanas Bosco empezó a tomar decisiones sabias que fueron su fundamento para no desmoronarse física ni emocionalmente. Dentro de aquel cuartucho de tres por un metro, dividió sus largos y monótonos días en varias fracciones de rutinas saludables: temprano en la mañana reflexionando, orando y luego tomando un pequeño desayuno; a media mañana limpieza esmerada del cuarto y, aunque suene extraño, correr dentro del cuartucho! (Se estima que Bosco corrió el equivalente a siete maratones durante su estadía forzada). A media tarde tomaba la siesta, leía la Biblia y escribía, escribió mucho... En una ocasión deseó tanto recibir correspondencia de su familia que, al no recibir nada, decidió escribirse él mismo. Cambió su perspectiva y se escribió a sí mismo pero poniéndose en la mente y el corazón de uno de sus hermanos. La carta que aún conserva, le sirvió para entender que su propósito como secuestrado era cuidar su salud física y mental, y el propósito de ellos -su familia- era hacer todo lo posible por liberarlo lo más pronto posible, sano y salvo. Gracias a esos hábitos positivos y saludables se empezó a ganar el respeto y la confianza de sus captores. A cuatro meses de su encierro, durante nochebuena, tuvo la iniciativa de invitarlos a rezar dentro del cuartucho. Estando todos ahí dentro, oró por ellos y por sus familias. Esta y otras acciones acrecentaron los vínculos de confianza entre ellos, inclusive generaron menos control de parte de ellos hacia Bosco, situación que favoreció en un determinado momento de suerte donde logra quitar el cerrojo de la puerta del cuartucho, medio muerto de miedo y emoción escapa de ellos tras más de nueve meses de secuestro. Pienso que esta increíble y no muy usual historia es un buen ejemplo de cómo enfrentar la vida sin importar lo que se presente. Al final, sólo depende de qué tan fuertes seamos internamente y del grado de confianza en nosotros mismos. Quiero finalizar con un pequeño texto de Jim Rohn, el cual estoy seguro terminará de agregar aún más valor en nuestras vidas, sobre todo cuando nos encontramos ante una situación complicada y difícil de asimilar. “La vida vale la pena si... Primero, la vida vale la pena si APRENDES. Todo aquello que ignoras te puede terminar haciendo daño. Tienes que aprender para existir en este mundo, ni qué se diga para tener éxito en la vida. La vida vale la pena si aprendes de tus propios errores, de tus experiencias positivas y negativas. La vida vale la pena si lo INTENTAS. No sólo se trata de aprender, también debes de intentar hacerlo. Intenta hacer la diferencia en todo lo que hagas, intenta progresar, intenta aprender cosas nuevas. La vida vale la pena si lo intentas. No quiere decir que lo puedas hacer todo, pero sí hay muchas cosas que puedes hacer, tan sólo si lo intentas. Intenta siempre lo mejor de ti. Haz siempre tu mejor esfuerzo. La vida vale la pena si TIENES PACIENCIA. Debes ser paciente desde que siembras hasta que cosechas. Si te has comprometido con algo, debes poner de tu parte y ser paciente cuando así toca. Algunas veces la calamidad viene y nos toca finalizar algo que nos importa, porque ese es el fin, pero no porque lo hacemos a la mitad por capricho o insensatez. La vida vale la pena si te DEDICAS. Si muestras dedicación en todo lo que haces obtendrás los resultados esperados. Si te dedicas con diligencia obtendrás resultados increíbles. Dedícate lo suficiente como para hacer la diferencia, como para ayudar a alguien o para emprender algo significativo. Dedícate lo suficiente como para romper nuevos récords y ganar en la vida.” — Por: Juan Pablo Barrantes Leer más en: www.jpbarrantes1973.wixsite.com/leadersapproach 


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