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  • Juan Pablo Barrantes

Tan cerca del árbol que no puedo ver el bosque

Actualizado: 25 ago 2023


¨La plenitud se alcanza cuando aprendes a ser feliz con lo que tienes, y cuando entiendes que tienes el placer y la obligación de cambiar todo aquello sobre lo cual ejerces influencia. No te frustres por tratar de cambiar las cosas sobre las que no tienes control.¨

Es curioso cómo muchas veces nos dejamos llevar por la rutina, hacemos las cosas en piloto automático... les ha pasado que cuando van de camino al trabajo, o a la escuela, o a cualquier lugar de visita frecuente y rutinaria, ¿hacen siempre exactamente el mismo recorrido? Inclusive yo, después de llegar a mi destino me pregunto algunas veces: ¨...¿y cómo es que llegué hoy aquí?... ¿Y por dónde pasé hoy que ni siquiera lo recuerdo?¨.

La realidad es que tendemos a dar muchas cosas por sentado, asumimos demasiado y creemos que nuestra percepción es la verdad suprema de la vida. Hace unos días fui testigo de una situación la cual me reafirma que tenemos el reto de sentir el placer y la obligación de involucrarnos a fondo y genuinamente para cambiar lo que necesitamos cambiar.

La situación es, un indicador clave del desempeño viene alarmantemente desviado de nuestra meta, y esto nos genera perdidas. Me reúno con el gerente a cargo de este proceso y le pido que vayamos directamente al área con los responsables del indicador fallido. En poco menos de quince minutos de plática, concluimos que el problema se debe principalmente debido a cuatro causas, y este problema del proceso lo podemos atacar y mejorar si nos enfocamos en tres de las cuatro causas, ya que hay una que no está bajo nuestro control. Ahora bien, hay dos causas que dependen de la gestión de otras áreas, y la otra depende de ellos mismos. Y lo mejor de todo es que, ¡las tres causas dependen de acciones que están enteramente bajo nuestro control e influencia! Dos semanas después, el indicador lo tenemos en meta y bajo control, acordamos continuar dando seguimiento a las acciones que hemos ejecutado para asegurar el sostenimiento y disciplina de nuestra parte, para no permitir que se nos caiga nuevamente el desempeño.

Esta experiencia vivida me reafirma el hecho de que cuando caemos en la rutina nos cegamos a ver esas oportunidades que nos permitirán ser mejores constantemente. ¿Porqué los responsables del indicador no vieron esta oportunidad de mejorar su desempeño? ¿Porqué todos los demás, responsables indirectos del proceso, nos esperamos tanto en ejercer alguna influencia para remontar el desempeño de este indicador fallido? ¡Aprendamos a desafiar constantemente la rutina! Alejemos la vista de ¨ese árbol¨ que me distrae, e incomodémonos un poco haciendo esas preguntas poderosas que nos permitan ¨ver el bosque completo¨.

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